viernes, 4 de enero de 2013

ALHAMBRA





ALHAMBRA

Como un alarife
que levanta en las columnas el árbol de la vida
miro las raíces de tus manos
y  me abrazo
al follaje de tu fuerza.

Resbala el sudor de mi piel
como el rocío de las cúpulas
y en un cántico sagrado
mi voz emula al ruiseñor.

Qué me dice la Escritura del Islam
en esa geometría.

Acaso el Dios anunciará la Redención
más allá del sacrificio.

Sólo sé que doy cada paso como ofrenda
al arquitecto celestial.

Se me fragmentan en islas las corazas
cuando recorro la sintaxis del horror.


Lirios prohibidos
 (1998)

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